Algunas tardes de febrero
despiertan sobre las notas
de un scherzo lento.
Cae fina la lluvia
sobre las flores del almendro.
Las horas se cuartean si te pienso.
Yace el silencio.
Algunas tardes de febrero
despiertan sobre las notas
de un scherzo lento.
Cae fina la lluvia
sobre las flores del almendro.
Las horas se cuartean si te pienso.
Yace el silencio.
La otra tarde, mientras los tambores de la semana santa retumbaban por las calles de Granada, mi hermano Victor y yo grabábamos algún que otro poema, yo con mi voz, él con sus acordes ‘a vuelo pluma’. Es increíble cómo acarician sus dedos las cuerdas de su guitarra. No había notas musicales escritas, solo me dijo: «Tú dímelo, ya te sigo yo»
He de decir que la calidad del sonido es pobre, pues se grabó con mi «móvil patata» pero, esta mañana escuchando la grabación, una y otra vez, no he podido reprimir mis ganas de componer este humilde vídeo, con mis fotografías, mi voz y su guitarra. Disculpad mi atrevimiento, pero sobre todo no se lo digáis a él, tan exigente con su música, tan mágico,¡ tan artista!
¡Feliz tarde de primavera!