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Si ves que no estoy
cuando vuelvas
búscame entre las vegas fértiles
de sueños
o en las mareas que adornan los océanos
donde al alba
seguro me encuentras.
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Quizá me halles
perdida en aquel prado que
de tan verde
ahuyentó al camino
antes de señalarme los pasos precisos
para lograrte
virando, sin rumbo fijo.
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Puede que tropieces conmigo
a tientas
mientras dibujo corazones
en cortezas de árboles marchitos
– a sabiendas, me dejan herirlos
para sanar mi tristeza.
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Pero no me busques cerca de la tierra,
ni entre las piedras ocultas en la arena
de aquella playa desnuda, extraña y vacía
que anoche al besarte, se volvió eterna.
M. J. Sierra,
!hace tanto ya!
Imagen: Neringa (Lituania), Enfocado